viernes, 6 de julio de 2007

Dos Chilenos en Colombia.

PRESUPUESTO: 1.000 DÓLARES
PERSONAS: 2
ESTADÍA: 1 MES

1- Bogotá

Aquí llegamos un día martes 31 de Enero.
A las 18 hrs. –hora de llegada al aeropuerto- ya estaba oscuro.
Teníamos indicaciones estrictas de Maca: preguntar al interior del terminal aéreo las tarifas de los taxis, así nos evitaríamos pagar la fantasía de los que estaban afuera. Quizás por ser nuestra primera aproximación al uso del peso colombiano, cualquier cifra dicha parecía amenazante y riesgosa para el presupuesto de un mes en la tierra de Angie, Gabriel, Jorge y Álvaro. Así, y luego de un diálogo con la encargada de turismo del lugar, decidimos cruzar tres pistas y pagar 1.200 pesos (2.400 entre los dos; 400 más, ya que eran pasada las 18hrs) por una buseta negra y roja, desechando las cifras sobre los 15.000 pesos, que ofrecían los taxistas por llevarnos a la Candelaria (Casco antiguo de la ciudad).
Treinta minutos demoramos en llegar a la Avenida 19 con la décima (Av. Fernando Mazuera). Nosotros pretendíamos carrera 7. Ahí encontraríamos el “hostelling international” y el descanso –solo dimos con el primero. No había lugar. Resumiendo, terminamos en el hotel “Aragón” (carrera 3 No. 14-13). Buen lugar y buenos precios (26.000 la doble). Limpio y bien ubicado. Cerca de ahí, y como dato, está el “Platypus traveller’s guest house (calle 16 No. 2-43, tels: (57,1) 341 31 04)”.
Buscábamos playas. Veníamos de Santiago –ciudad con más de cinco millones de habitantes- por lo que nuestra estadía en tierra “Rola” fue limitada. Principalmente (si no exclusivamente) caminar por las antiguas calles de La Candelaria. No conocimos museos, pero sí estuvimos sentados largo rato en una pequeña calle.
Antes de partir, Maca nos llevó a probar el aguardiente y luego nos acompañó al terminal.

2- Villa de Leyva

Jueves 2 de Febrero.
Llegamos cerca de las 18 hrs. a Villa de Leyva, después de aproximadamente tres horas de recorrido. Viaje agradable por su paisaje y por la compañía de una señora que a través de sus gestos y discurso, ojos e hijos (dos) nos anticipó la calidez de la gente de Boyacá (la que confirmamos en Don Simón –dueño del billar.
Cordillera oriental colombiana, ciudad colonial de piedra, plaza imponente.
Alojamos por 25.000 (pieza doble sin baño) en “Hotel Villa”.
Coincidimos con un encuentro organizado de aficionados a la Astronomía: Varios telescopios en la plaza; personajes que miraban al cielo intentando ubicar estrellas ya muertas, mapas azules, cerveza, salchicha (que traería consecuencias de madrugada) y el maestro organizador (con su láser especial que solo es adquirible con la autorización de personajes serios) que por esas cosas, nos hizo sus pupilos. Aprendimos de la cola de Orión, del norte del toro, del casco central, del tiempo y de ubicación no brújular. Nada comparable con nuestro encuentro Saturnino: Ahí estábamos, primeros de una cola (fila) de sujetos esperando que el cielo se abriera (que en estricto rigor son las nubes las que arrancan). Una señora reclamaba ansiosa que su lugar en la fila le había sido arrebatado. En eso, Coni, al mismo tiempo que el controlador del telescopio daba la señal de avistamiento, bajaba la cabeza y ponía su ojo en la mira. ¡Saturno y sus anillos! Saturno saltaba así de lo imaginario a lo real (para Coni, ya que aún no era mi turno). Me tocó esperar a cuatro personas antes que yo. Ocurrió lo mismo conmigo…

Aquí, en Villa de Leyva tuvimos nuestro primer encuentro simbiótico con la “Comida Corriente”: Sopa de huesos, de corazón o de carne, más ensalada, arroz, frijoles, patacón y la elección entre cerdo, vacuno o pollo, y en algunos lugares un baso de jugo de maíz). Aquí en Villa de Leyva además se nos ofreció (y aceptamos) chicha. Todo por 5.000 pesos.
Tomar ron en un bar: 8.000 pesos.

3- Medellín

Domingo 5 de Febrero.
Toda una noche en bus desde Bogotá (Rápido Ochoa 30.000 pesos). Toda una noche fría, ya sea por el clima natural externo, o pasado la mitad del viaje (cordillera abajo), por el clima artificial interno (aire acondicionado).
Poco estuvimos en esta ciudad, siguiendo nuestra lógica que nos presionaba hacia el mar. Poco, pero significativo, siendo responsable de esto don Caliche y su madre –Paisas-.
De día conocimos “El Pueblito Paisa”, desde ahí miras Medellín y esas pequeñas casas que pareciera que torturarán la montaña –trepan y compiten en masa por llegar cada vez más alto-. Cruzamos un río que atraviesa la ciudad y que al parecer lo sigue el metro. Estuvimos en la plaza Botero –bella- y desde ahí caminamos hasta el cementerio que a la salida nos despidió con nuestra primera lluvia colombiana.
De noche, comer y conversar. Coincidir y fumar.

4- Moñitos

Martes 7 de Febrero.
Costa Caribeña.
Aprovechamos la noche de lunes para llegar el martes a Moñitos (Rápido Ochoa, Medellín-Lorica 64.000 pesos).
Verdadero descanso: coco, hamacas, mar, papaya, ron, libros, cucarachas, abuelos, sal,
ludo, lápiz, sol, palabras, música, patacón y arena.
Arrendamos una cabaña amarilla por 25.000 pesos (cabañas “Aldea Paraíso”).
Responsables en parte de nuestra larga estadía (no presupuestada) fueron Luz Marina y su esposo Manuel, dueños de “Paraíso”.
Él, estuvo perdido en el mar. Ella no lo conocía aún. Don Manuel antes de salir del muelle pidió revisar el motor y verificar la carga de reserva de mezcla de combustible. Los hombres que lo acompañaban dijeron que estaba todo en orden –don Manuel lo recuerda con rabia y mirando al mar-
Ellos viven en Moñitos hace más de quince años, y sus días –desde fuera- podrían verse todos iguales: se levantan a las seis, y ella prepara el “tintico” (café), y don Manuel cada vez que recibe la tasa le dice: “gracias mi amor”, y ella lo mira y le da un golpe de cariño en la rodilla. Luego se separan, ella lee y él arregla las cabañas, que son seis. A las ocho, toman desayuno, y después leen hasta la hora de almuerzo. Comidos, don Manuel arregla el jardín y nos pregunta mientras nosotros almorzamos en la terraza, y sin importarle la respuesta (oye poco): “¿Todo bien?”…pasan segundos y dice “a dios gracias...”. Marina sigue leyendo y él la alcanza al rato –leen Troya. En la tarde caminan.

5- Mompós

Lunes 13 de Febrero.
Fue un largo camino para llegar a Mompós. De moñitos, salimos a Lorica (5.000 pesos), y desde ahí a otro pueblo que no recuerdo su nombre. Luego a Sincelejo y luego al pueblo que está a la orilla de río Magdalena. Desde ahí tomamos un ferry y pagamos un bus que nos llevó a la isla de Mompós. En total deben ser 35.000 pesos por persona.
En Moñitos dudamos de ir a Mompós, ya que era un viaje largo que nos desviaba de la ruta costera, además solo teníamos una referencia del lugar. En fin, no nos arrepentimos de haber ido. Es una isla colonial bien conservada y que además tiene el privilegio de haber sido de las primeras ciudades en fundarse de Latino América. Es totalmente recomendable. Alojamos por 25.000 y comíamos comida corriente por 5.000. El único desencuentro con el lugar fue el calor paralizante…

6- Cartagena

Miércoles 15 de Febrero.
Creo que fueron 8 horas de viaje (30.000 pesos el pasaje en bus).
Alojamos por 20.000 en un buen hotel con baño y dentro de la ciudad amurallada.
Cartagena no hay mucho que decir, se sabe de su belleza histórica.
En cambio, recomiendo a ojos cerrados el paseo a playa blanca. Es impresionante el color del mar. Aún nos arrepentimos de no habernos quedado unos días en esas islas…

7- Santa Marta
Viernes 17 de Febrero, 15.000 pesos el pasaje de Cartagena a Santa Marta. Alojamiento en “Hotel Familiar” por 20.000 (pieza para dos con baño y TV).
Hubo algo de decepción, y no es raro después de haber estado en las playas de Moñitos y Cartagena. Aquí nos abastecimos de comida e hicimos contactos al extranjero, antes de desaparecer una semana en el Tayrona.

8- Tayrona
Domingo 19 de Febrero. 5.000 pesos la buseta hasta el parque.
Después de casi 20 días en Colombia, este lugar se nos ofreció como una recompensa –un verdadero descanso antes de tener que volver a Santiago- Dormíamos en hamacas (5.000 pesos la noche) y comíamos una vez al día en el restorán del lugar por 6.000 pesos. El resto del día comíamos de nuestras provisiones compradas en Santa Marta (atún, galletas oreo y ron.) El lugar es impresionante; mezcla entre selva, playas y rocas. Nos obligaba a imaginarnos en unos meses más estresados y acordándonos de este lugar…
Hay cocos que matan. Aprendimos a caminar con precaución entre esas largas palmeras curvas de las ardillas. En el momento menos esperado te caía uno. Creemos que son una especie de cocos asesinos, a pesar de que nos dijeran que no ha habido reportes de muertos por cocazos.


9- Bogotá
Domingo 26 de Febrero

De regreso a Bogotá (alrededor de 10 horas desde Santa Marta; 75.000 pesos el pasaje.) volvimos al lugar que nos recibió la primera noche en Colombia (hotel Aragón) –al día siguiente partíamos a Santiago. Fue un día tranquilo en que coincidimos con una feria de las pulgas. Había sol. En la tarde fuimos al cine (Cinema Antigua, calle del agrado calle 16 n 4-75) y vimos “Rosas Rotas”. De noche, comimos en un restorán de comida israelí.
Al día siguiente, caminamos, cayó la lluvia y tomamos la misma buseta negra (1.000 pesos) que cuando llegamos, para ir al aeropuerto.


Datos:

-Comprar repelente “Nopiquex” en cualquier farmacia (4.000 pesos)

-Vacuna para la fiebre amarilla gratis en:

Terminal terrestre de Bogotá (Módulo 4 Verde, local 136. Atención de Lunes a Viernes 8-5 PM. Sábados 8-12. F: 570 88 28)

Aeropuerto Internacional El Dorado (1er piso. Puerta 7. Atención lunes a Sábado de 7 AM a 7 PM. F: 414 79 96)

4 comentarios:

Unknown dijo...

Jajaja que bacano. Ese recorrido siempre lo he querido hacer y eso que soy de Barranquilla

Unknown dijo...

jeje bueno mientras sigan las ganas, está todo bien Jean.
Saludos desde Chile.
Nico.

Unknown dijo...

LOs mismos mil dolares para estar en chile alacnza para una estadia de alrededor de un mes ? me gustaria que em comwenatrabn al respecto... muchas gracias y me alegra mucho que les allá ido bien en colombia.

mochiliemos dijo...

Hermano, en Chile ese presupuesto le alcanzará si mucho para 15 días y eso que haciendolos rendir